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De la botella de leche a Mateo

 

La Diseñadora Industrial de Delta, Jordan Bahler, se hacía la misma pregunta desde hacía años: “¿Cómo se hace una llave cuadrada que no sea demasiado dura y moderna?” Por fin encontró la respuesta (la colección Mateo) en el refrigerador.

“Mateo se gestó durante mucho tiempo”, comenta Bahler. “La ‘llave para cocina cuadrada’ fue un desafío de diseño que se le planteó a nuestro equipo hace años, y siempre intenté encontrar una solución”.

La forma planteaba dos obstáculos. El primero era estilístico: “Por lo general, un cuadrado tendría un aspecto muy moderno y elegante; no queríamos hacer algo demasiado contemporáneo”. El segundo era logístico: una llave para lavamanos puede adoptar más fácilmente una forma cuadrada (como la colección Dryden) si el tubo de salida es de una sola pieza. Pero una llave para cocina con varilla de rociado desmontable es otra historia. Si todo el tubo de salida fuera cuadrado, tendría que volver a colocar la varilla en el cuello exactamente cada vez que la usara, o habría el riesgo de esquinas puntiagudas.

Luego, Bahler tuvo una epifanía.

“Seguí pensando en una botella de leche de vidrio y eso desencadenó toda mi inspiración”, dice. “Esas botellas son cuadradas en la base para adaptarse al soporte, pero se estrechan hasta formar una abertura circular”.

Una vez superado el obstáculo logístico, Bahler tenía que afrontar el desafío estilístico: ¿cómo podría evitar que el estilo fuera demasiado moderno? Sus pensamientos se dirigieron a Europa, específicamente a la campiña italiana. Durante varios años, la familia de Bahler vivió al otro lado del charco, y ella recordaba lo diferentes que eran las casas “tradicionales” italianas de las estadounidenses.

“En los Estados Unidos, lo ‘tradicional’ es muy decorativo”, explica Bahler. “No sé si es porque tenemos más espacio y podemos usar más ornamentos, pero en Europa todo tiene limitaciones de espacio: la tierra es más cara y las casas son más pequeñas. Son cómodas para vivir, pero por lo general están muy libres de desorden. Lo ‘tradicional’ es mucho más austero”.

Confiada en que un objeto elegante y geométrico aún podía parecer tradicional, jugó con la forma de la botella de leche, enraizando la llave en una base cuadrada que se convierte en un arco tubular antes de regresar a un tubo de salida cuadrado. (Replicó el cuadrado ahusado en la manija de bajo perfil de la llave). “Al suavizar la forma cuadrada, la colección resulta atractiva para un público más amplio”, afirma Bahler. “Puede combinar bien con una cocina contemporánea, pero con la misma facilidad puede usarse con un estilo tradicional o de transición”.

Y a la hora de ponerle nombre a la colección, volvió a recordar sus días en Europa, donde su hermana tenía un buen amigo italiano: Mateo.

“La gente siempre piensa que las llaves son ‘cilíndricas’, y Mateo cambia esa forma de pensar”, dice Bahler. “Adaptamos un elemento basado en un cuadrado duro en ese ámbito cómodo”.